miércoles, 24 de junio de 2009

LOS SAUCES: ENTRE EL CEMENTO Y LAS MONTAÑAS



Luego de un largo camino desde la avenida Ambalá y hasta lo más profundo del barrio Tierra Firme, se encuentra éste pequeño oasis dentro de esta selva de cemento ibaguereña: La finca “Los Sauces”.

Otoniel, Pablo Andrés y Ricardo, son los hombres de la familia Rueda, los encargados de hacer de este centro de acopio el más adecuado para pasar un buen tiempo con familia y amigos.

Como todos los fines de semana, Los Rueda se preparan para recibir a vecinos y a visitantes lejanos en su finca. Don Otoniel (mejor conocido como Don Oto), el padre, es el encargado de llevar no sólo las riendas de la finca en donde viven sino la de su hogar; Pablo, el hijo menor y Ricardo el mayor, también lo acompañan en el mantenimiento de su finca-hogar.

Los Sauces no sólo ha sido un lugar de fines de semana familiares, sino que también ha sido escenario de múltiples campamentos y pequeños conciertos de la escena musical juvenil ibaguereña.

Un verde y extenso prado, adorna todos y cada uno de los rincones de este lugar; dos lagos que albergan peces de cría; una piscina natural, la meca de las visitas a este lugar; una mesa de ping-pong, propicia para un buen tiempo de ocio; pero ante todo la excelente atención y el calor humano de estos seres que no sólo cuidan de este lugar sino de una numerosa variedad de especies que de allí hacen parte: patos, gansos, gatos, perros y gallinas.

Sin lugar a dudas este es uno de los centros de acopio más visitados en la zona norte de nuestro municipio, no sólo porque la finca Los Sauces queda a pocos metros del casco urbano, sino por la atención de un padre de familia, un veterinario y un futuro licenciado en lengua castellana de la Universidad del Tolima que hacen de cada visita un momento agradable con familia o amigos.

Los Sauces...

http://www.youtube.com/watch?v=T7hrEBri7lI

El gigante Tierra Firme: muere al amanecer y resucita en las noches...


Dotado de una extraña vida que parece haberle sido asignada por azares del destino, el gigante Tierra Firme cada mañana desde su fundación permanece en un constante devenir de vida y muerte, inexplicable.

Cada amanecer, representa para tierra firme la vida que le es otorgada por cerca de dos o tres horas, mientras que, el júbilo que revela el sol de la mañana le anuncia a tierra firme su irremediable muerte. De dónde proviene la grandeza de éste magno personaje, de la fuerza de las manos que dedicadamente cada mañana se encargan de darle lo mejor a los frutos de su amor hecho engaño, de la tenacidad de sus sentimientos por seguir adelante en una vida otorgada, o simplemente del amor puro que sólo una madre sabe dar a sus hijos aún en las peores circunstancias.


El día que empieza, está enajenado por un abrasante clima. Mientras tanto, un alma deambula por las calles del imponente protagonista de esta historia, ocultándose entre las montañas aún forestadas y esperando poder suplantar la vida de quienes aún tienen fe y creen posible llegar más lejos. Acompañando la mañana se aproxima por entre los árboles, colándose en el viento deja percibir su característico olor a leña seca de fogón y a tierra húmeda, es su esencia, en la que sólo hay vestigios de una naturaleza muerta que aún lucha por sobrevivir, divulga su presencia. No sabe definir su rumbo con certeza, pues en su extraño quehacer usurpa caminos diversos e inexplicables, con los que siempre obtiene el mismo resultado.


Aquella alma pasa desapercibida a las ocho, a las diez, a la una, a las tres o a las seis. Ya que su energía no es suficiente para lograr matar la fuerza del gigante que entre las montañas se oculta. Pues, coloreado por el verde de sus árboles, y el matiz de las flores que le dan vida a todas las viviendas de tierra firme, logra fortalecerse. En otro de sus aconteceres diarios, se escuchan a lo lejos la fricción que produce las llantas de pesados carros en las polvorientas y empedradas calles que caracterizan al lugar. Emprendedor y dispuesto a superarse, a primera vista no se ve muy favorecido.


El sonido de la diaria visita de las busetas de ruta treinta y ocho se entremezcla con el apaciguado eco de un vallenato proveniente de alguna vivienda, mientras un hacha despedaza la leña muerta, mas, el fascinante recorrido de la quebrada San Roque logra enajenar los oídos de los visitantes desconcertados por la frescura que produce su paso y su presencia en los alrededores.

Hija de la pachamama, la quebrada la quebrada San Roque llama la atención por su impavidez. Merodeando su cauce y siguiendo su rastro los visitantes hacen lo posible para poder llegar al lugar de su nacimiento, el más próximo es una pequeña cuenca sobre la cabeza de tierra firme donde la fuerza de su voz se hace más pronunciada. El deleite de escuchar tan dulce melodía al paso de sus aguas puede sumir a quien fuere en la profundidad de un sueño o simplemente alejarle de la voraz realidad. Pero, es todavía más sabia, aún cuando por manos inescrupulosas ha tenido que invadir a su madre para poder sobrevivir, seguir y conservar la libertad otorgada por la creación.

Muchas veces como queriendo secuestrarla para beneficiarse, la avaricia ha pretendido desaparecerla. Mas, su lucha por seguir ha obligado a quienes ya vieron el poder de sus aguas a regresarle por lo menos un poco del camino que le pertenece. Aunque este reconocimiento por su lucha resulte a medias pues es la mano de los mortales la que le retornará lo que siempre le ha pertenecido.

Mientras tanto, el cacaraqueo proveniente de una casa de las que conforma al gigante, compone una pieza musical para el vacio panorama matutino. Aproximándose la media mañana sobre el barrio se extiende un abrasador aire y la luz del sol logra llegar con sus rayos hasta los rincones más pequeños y las ranuras más angostas; en las personas se funde con la sangre por los poros de la piel y por entre sus cabellos; hasta llegar finalmente a su fiel compañera la usurpadora alma que impaciente espera que no haya nadie para apoderarse de tierra firme y vanagloriarse de ser su dueña por lo menos mientras tiene la oportunidad, entonces con el llamado del sol y el vituperante silencio aquella alma de nombre soledad empieza con firme paso su vacua existencia.

Un cuento de vida y destrucción... (Video)

http://www.youtube.com/watch?v=zgVfiMFWfmM

FALTA UNA BOLA DE ESTAMBRE


Cual pueblo fantasma perdido entre montañas, se encuentra Tierra firme, quizá no perdido pero si abriéndose paso entre ellas, escalando, pretendiendo llegar a la cima, pero al parecer la montaña no quiere dejarlo ascender. Su soledad lo hace un pueblo de sombras, sus calles vacías, sólo el susurro del viento y el cantar de los gallos amenizan la inefable tristeza de una ausencia humana, pues pareciera que los habitantes de este pueblo, fueran realmente espectros.





Pero al parecer estos espíritus no son fantasmas, son seres humanos que salen de cuando en cuando a recorrer este pueblo, casi siempre están trabajando o estudiando, según parece es muy poco el tiempo que pasan en sus casas, pero cuando lo hacen los niños y niñas salen a jugar, los niños juegan futbol, las niñas con sus muñecas, los hombres salen de pronto a tomar una cerveza o a jugar un chico de billar, pues sí, en este barrio que al parecer está perdido en el tiempo hay un billar y es de los pocos lugares donde siempre se ve gente en este sector, las mujeres también salen, las encontramos en los frentes de sus casas hablando con sus vecinas; pero estos hechos son muy poco frecuentes, pues, la mayoría del tiempo este barrio permanece solo, sólo algunos lugares muestran más movimiento.




La excepción a esta regla es la finca Los Sauces, es un pequeño centro de recreación ubicado en el sector, es uno de los únicos lugares donde los habitantes del sector, completamente ausentes la mayor parte del tiempo, salen a ser seres humanos, sus espíritus siempre reticentes a las miradas de otros vuelven a sus cuerpos y comparten momentos hilarantes con sus familias y las demás personas a su alrededor, disfrutan de la piscina de agua natural, del ambiente relajante que se siente en este lugar, preparan sus alimentos, como asados o el típico sancocho de gallina, lo que hace a una entretenida salida de casa un inconfundible “paseo de olla”; y no sólo son los habitantes del sector los que visitan este bello lugar, también viene gente de muchas partes de la ciudad.




Otro de estos lugares es “El restaurante”, sencillamente así lo llaman los vecinos del sector y los habitantes del barrio, es un lugar que no tiene nombre, pero que todos, todos los días se ve gente ocupando sus mesas, que desde las once y media de la mañana empiezan a llegar a tomar sus alimentos. El dueño del establecimiento es consciente de la soledad del barrio, “esto siempre es muy solo, la gente trabaja todo el día, los niños estudian, pero siempre llega gente al medio día, pues casi nunca alcanzan a hacer el almuerzo y siempre vienen a mi restaurante”, dice.



Otro espacio de este barrio son las canchas, quedan casi al final del barrio, casi a dos pasos de llegar a la montaña. Junto a las canchas, hay un parque, en el: un rodadero, unos cuantos columpios, caballitos y muchas piedras, piedras de gran tamaño, que para los niños podrían ser un juego más. Pero no, parece que allí sólo jugaran las piedras. Este es también un lugar donde se refleja la soledad del sector, es el espacio perfecto para que una bola de estambre ruede, pero a veces esto sería lo único que le hace falta a este pueblo fantasma.





Desolación... (Video)

http://www.youtube.com/watch?v=nJJ37tTcY9E

jueves, 18 de junio de 2009