miércoles, 24 de junio de 2009

El gigante Tierra Firme: muere al amanecer y resucita en las noches...


Dotado de una extraña vida que parece haberle sido asignada por azares del destino, el gigante Tierra Firme cada mañana desde su fundación permanece en un constante devenir de vida y muerte, inexplicable.

Cada amanecer, representa para tierra firme la vida que le es otorgada por cerca de dos o tres horas, mientras que, el júbilo que revela el sol de la mañana le anuncia a tierra firme su irremediable muerte. De dónde proviene la grandeza de éste magno personaje, de la fuerza de las manos que dedicadamente cada mañana se encargan de darle lo mejor a los frutos de su amor hecho engaño, de la tenacidad de sus sentimientos por seguir adelante en una vida otorgada, o simplemente del amor puro que sólo una madre sabe dar a sus hijos aún en las peores circunstancias.


El día que empieza, está enajenado por un abrasante clima. Mientras tanto, un alma deambula por las calles del imponente protagonista de esta historia, ocultándose entre las montañas aún forestadas y esperando poder suplantar la vida de quienes aún tienen fe y creen posible llegar más lejos. Acompañando la mañana se aproxima por entre los árboles, colándose en el viento deja percibir su característico olor a leña seca de fogón y a tierra húmeda, es su esencia, en la que sólo hay vestigios de una naturaleza muerta que aún lucha por sobrevivir, divulga su presencia. No sabe definir su rumbo con certeza, pues en su extraño quehacer usurpa caminos diversos e inexplicables, con los que siempre obtiene el mismo resultado.


Aquella alma pasa desapercibida a las ocho, a las diez, a la una, a las tres o a las seis. Ya que su energía no es suficiente para lograr matar la fuerza del gigante que entre las montañas se oculta. Pues, coloreado por el verde de sus árboles, y el matiz de las flores que le dan vida a todas las viviendas de tierra firme, logra fortalecerse. En otro de sus aconteceres diarios, se escuchan a lo lejos la fricción que produce las llantas de pesados carros en las polvorientas y empedradas calles que caracterizan al lugar. Emprendedor y dispuesto a superarse, a primera vista no se ve muy favorecido.


El sonido de la diaria visita de las busetas de ruta treinta y ocho se entremezcla con el apaciguado eco de un vallenato proveniente de alguna vivienda, mientras un hacha despedaza la leña muerta, mas, el fascinante recorrido de la quebrada San Roque logra enajenar los oídos de los visitantes desconcertados por la frescura que produce su paso y su presencia en los alrededores.

Hija de la pachamama, la quebrada la quebrada San Roque llama la atención por su impavidez. Merodeando su cauce y siguiendo su rastro los visitantes hacen lo posible para poder llegar al lugar de su nacimiento, el más próximo es una pequeña cuenca sobre la cabeza de tierra firme donde la fuerza de su voz se hace más pronunciada. El deleite de escuchar tan dulce melodía al paso de sus aguas puede sumir a quien fuere en la profundidad de un sueño o simplemente alejarle de la voraz realidad. Pero, es todavía más sabia, aún cuando por manos inescrupulosas ha tenido que invadir a su madre para poder sobrevivir, seguir y conservar la libertad otorgada por la creación.

Muchas veces como queriendo secuestrarla para beneficiarse, la avaricia ha pretendido desaparecerla. Mas, su lucha por seguir ha obligado a quienes ya vieron el poder de sus aguas a regresarle por lo menos un poco del camino que le pertenece. Aunque este reconocimiento por su lucha resulte a medias pues es la mano de los mortales la que le retornará lo que siempre le ha pertenecido.

Mientras tanto, el cacaraqueo proveniente de una casa de las que conforma al gigante, compone una pieza musical para el vacio panorama matutino. Aproximándose la media mañana sobre el barrio se extiende un abrasador aire y la luz del sol logra llegar con sus rayos hasta los rincones más pequeños y las ranuras más angostas; en las personas se funde con la sangre por los poros de la piel y por entre sus cabellos; hasta llegar finalmente a su fiel compañera la usurpadora alma que impaciente espera que no haya nadie para apoderarse de tierra firme y vanagloriarse de ser su dueña por lo menos mientras tiene la oportunidad, entonces con el llamado del sol y el vituperante silencio aquella alma de nombre soledad empieza con firme paso su vacua existencia.

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